Hijo del Mar

🟥A primera vista parece un hombre — pero al siguiente surge algo antiguo, instintivo, nacido del océano. La silueta es humana, aunque las texturas, pátinas y formas orgánicas alrededor del cuello y la base revelan un ser entre lo real y lo mítico.

La superficie recuerda a la huella que el agua y el tiempo dejan sobre piedra y metal — como si hubiera emergido tras siglos de silencio desde el fondo del mar. Las formas espinales alrededor del cuello parecen una armadura natural — como erizos marinos o conchas que se protegen con quietud y paciencia. Las formas coral-rojas de la base evocan conchas, frutos marinos, coral — todo lo que crece en la oscuridad, bajo presión y silencio.

El rostro es calmo — casi meditativo. No expresa emoción, sino presencia. No mira a la naturaleza — pertenece a ella. Como si recordara que antes de construir un mundo de normas y formas, pertenecíamos a mareas, profundidades y aguas primeras.

"Hijo del Mar" es un mensaje arquetípico sobre la fuerza del silencio interior — un recordatorio de que al volver a uno mismo, se desciende. La verdadera identidad no grita — simplemente es, como la piedra bajo las olas. Una memoria del impulso profundo, instintivo — irrompible, arraigado en el océano.

En un espacio, la escultura se convierte en un punto simbólico poderoso — irradiando calma ancestral, sabiduría primigenia y resistencia silenciosa. Una presencia guardiana — portadora de relatos de origen, hondura y aquello que permanece oculto pero esencial.